¡Estamos de estreno! Desde Seat Vigilsa Granada tenemos el placer de presentar la primera edición de las Rutas gastronómicas Seat Vigilsa; una serie de crónicas escritas y visuales que narrarán nuestras vivencias en algunos de los mejores locales de restauración de Granada. En estos pequeños viajes culinarios utilizaremos modelos SEAT como medio de transporte, con la intención de ofrecer a los lectores una doble experiencia: por un lado, la gastronómica, explicando los detalles de las tapas degustadas; y por otro, la automovilística, contando las sensaciones que nos ha transmitido cada coche.
En esta primera ruta, el vehículo SEAT elegido ha sido el Mii. Su carácter urbano y joven conectaba a la perfección con el itinerario seleccionado, el cual nos llevaría hasta el centro de la capital granadina desde las instalaciones de Vigilsa en la Avd. de Andalucía. Al acceder al coche, la primera gran sorpresa tiene que ver con la amplitud y los detalles de su interior, nada imaginables desde fuera. Su elegante tapicería destaca el inteligente diseño, que optimiza cada centímetro. Un claro ejemplo de este buen uso del espacio es su maletero de251 litros.
Tras arrancar el coche, sintonizar MegaStar y ponernos el cinturón, pusimos rumbo hacía 7 Gatos, el primero de nuestros dos destinos. Concretamente nos trasladamos hasta el local de la calle San Antón –hay otro en la calle Carril del Picón–. Las sensaciones que nos transmitió el Seat Mii durante la conducción fueron estupendas. Los 60 cv del coche respondieron a la perfección cuando se les requirió, especialmente a la hora de adelantar. De hecho, la segunda sorpresa tuvo que ver con la estabilidad y el confort que el Mii nos aportó durante todo el trayecto.
Para llegar a 7 Gatos desde Vigilsa, en primer lugar, utilizamos la Circunvalación, dirección Motril, hasta la salida de Recogidas. En esta calle, a la altura de Pedro Antonio de Alarcón, giramos a la derecha para conectar con Alhamar. Desde aquí, girando a la izquierda, avanzamos para enlazar con la calle San Antón y, a continuación, volver a girar a la derecha, donde en apenas unos metros ya se podían avistar los bigotes de los felinos en el cartel exterior que luce el local. Justo enfrente, al inicio de la calle Agustina de Aragón, localizamos un pequeño espacio de aparcamiento, el cual pudimos aprovechar gracias a las dimensiones reducidas que el Mii, como buen coche de ciudad, ofrece.
7 GATOS
La colorida decoración del establecimiento se encuentra a medio camino entre el vanguardismo y el estilo vintage. En este sentido, destacan dos elementos decorativos por encima del resto: una bonita pared de musgo natural con el nombre corporativo incrustado entre la hierba; y una imponente motocicleta Moto Guzzi Hispania que preside el establecimiento sujeta a la baranda de la planta superior. Es casi imposible no pararse unos segundos a adorar el cuadro o las llantas de esta reliquia con ruedas. Todas sus piezas muestran un perfecto estado de conservación.
Otro de los detalles que llaman la atención al acceder a 7 gatos son las grandes letras de color blanco que reposan a los pies de la baranda, y que expresan literalmente «Excellent Coffee» y «Fábrica de cerveza». Y no lo hacen por mero gusto decorativo. Los propietarios del local son artesanos del café y la cerveza, profesión que canalizan a través de dos marcas de origen granadino: Cafés Cumbal y Cerveza Sacromonte. Esta bebida es precisamente uno de los grandes atractivos del establecimiento. De estilo Pale Ale, desprende un gran aroma al beberla y ofrece un sabor intenso, pero suave al paladar, lejano al amargor. De barril o embotellada, degustar esta cerveza es un verdadero placer. Precisamente por eso tardamos poco en pedir una Sacromonte a Fran, el camarero que nos atendió magníficamente durante nuestra estancia en el local. La birra llegó enseguida, también la primera de las tapas.
Para comenzar la degustación, cocina nos propuso una Ensalada con queso de cabra y cebolla caramelizada. Se trata de una tapa de aparente facilidad en la elaboración, pero con cierta dificultad para ejecutar la mezcla de sabores. En esta caso, la tapa cumple con su objetivo y la conjugación de los ingredientes nos crea un sentimiento positivo de satisfacción. Además, la presentación es acertada y consigue atraer la atención de los comensales. Simple pero intensa, así ha sido la manera de comenzar la jornada.
En 7 gatos la música es un elemento muy importante. Su volumen no se limita al típico sonido ambiental, sino que forma parte del concepto que quiere transmitir entre sus clientes. Durante nuestra estancia sonaron temas de artistas tan buenos y dispares como Maroon 5, Antonio Orozco o Michel Jackson. Toda una delicia, aunque en este caso para los oídos.
Mientras tarareábamos uno de los himnos musicales que se iban sucediendo, llegó la segunda de las tapas. De nuevo una ensalada, pero ahora con ingredientes radicalmente distintos: cangrejo con langostinos y una rosa de tomate. Regusto a mar y textura suave. Un bocado consistente, con personalidad, donde el marisco es el principal protagonista, y el salmón el actor secundario. Precisamente, este pescado azul y graso se incorpora acertadamente al plato a través de una pequeña tira que corona la base de la ensalada, justo encima de la rosa de tomate. Acompañada por unas rebanadas de pan, la tapa hace las delicias del público más exquisito y amante de los productos marítimos.
Al mismo tiempo que disfrutábamos de los últimos coletazos del plato, justo después de pedir otra bebida, Fran nos explicó que en 7 gatos no dan la opción de elegir el tipo de tapa que acompaña a la bedida. No obstante, cada día ofrecen a los clientes una nueva variedad.
La última de las tapas tampoco se hizo esperar. En esta ocasión el producto principal nacía de la huerta: berenjena empanada y rellena de queso con miel de caña. Aunque no se trata de una tapa desconocida, sí es cierto que nos sorprendió su relleno, ya que le aporta un grado diferencial comparada con las típicas berenjenas cubiertas por miel. Los amantes del queso encontrarán, además, un plato de su agrado, ya que este ingrediente, intencionadamente, también es claro protagonista. En resumen, una agradable tapa para nuestro paladar.
Tras agradecer el magnífico trato demostrado en nuestra visita a 7 gatos y despedirnos de Fran, pusimos rumbo a la segunda y última parada de la noche: Vitola Gastrobar. Debido a su proximidad, nos desplazamos a pie, dando un pequeño paseo por la siempre transitada calle San Antón. Como suele ser habitual un sábado a las 10 de la noche, decenas de personas marchaban de un lado a otro en dirección al lugar en el que aprovechar las múltiples opciones de ocio que ofrece la noche granadina.
VITOLA GASTROBAR
Al llegar a Recogidas, cruzamos la archiconocida vía y nos adentramos en la calle Párraga, donde se ubican el hotel Hotel Párraga Siete y Vitola Gastrobar. Este último establecimiento es el servicio de restauración que dicho hotel ofrece a sus huéspedes y al público en general. La decoración de Vitola es sencilla, sumamente elegante, y muy acogedora. Se distinguen dos zonas: un salón comensal, justo a la izquierda de la entrada principal; y un bar, con mesas altas y una bonita barra. Es aquí, en la barra del bar, donde nos pusimos cómodos antes de iniciar la degustación. Jose, uno de los camareros del establecimiento, tardó poco en atendernos y en ofrecer algo que beber. Para abrir boca nos decantamos de nuevo por cerveza, en este caso Alhambra Especial de barril, servida en una fina copa de cristal de 50 cl. Bien es cierto que podríamos haber optado por una copa de vino. Y es que una de las características más llamativas de este local es la colección de caldos que reposa en sus bonitas vitrinas. Sin ir más lejos, su propio nombre, Vitola, hace referencia a la pequeña cinta que envuelve los cuellos de las botellas de vino –también a los puros–.
Es interesante mencionar también que, tras uno de los extremos de la barra, el derecho si nos ponemos frente a ella, suelen proyectarse partidos de fútbol y otros eventos deportivos que dotan al lugar de un estupendo ambiente.
En medio de una pequeña charla acerca del lanzamiento del nuevo SUV de Seat, el Nuevo Seat Ateca, llegó la primera tapa: Costilla a baja temperatura con salsa barbacoa de su jugo y crema de patata y boletus. Su aspecto era extraordinario. Llamaba a la acción, a hincarle el diente. Al hacerlo, la perfecta armonía de sabores, salado y dulce, generó en nosotros una sonrisa inequívoca de placer. La salsa barbacoa, suave, no restaba protagonismo a la carne, que destacaba por su ternura. Sin duda, una de los mejores bocados de las primeras Rutas Gastronómicas Seat Vigilsa. Una anotación a tener en cuenta en relación a esta tapa es que, desde cocina, nos recomiendan probarla acompañada de una botella de Pago de Carraovejas, vino de aromas expresivos y sabor carnoso.
Con la dulce estela de la salsa barbacoa aún en la boca, Ali, otro de los camareros de Vitola, nos presentó la segunda tapa: flamenquín de secreto ibérico con jamón ibérico y parmesano sobre crema de mostaza y miel. La comida apareció presentada sobre una plataforma de evocación minimalista, detalle que ya adelantaba la sofisticación del plato. Hemos de admitir que en un primer momento la tapa parecía pequeña, pero, pronto nos sorprendió por su capacidad para saciar el hambre. Uno de sus aspectos más destacados es el crujiente rebozado. Éste, aderezado con el dulzor de la crema de mostaza y miel, consiguió todo el reconocimiento de nuestras papilas gustativas. El parmesano, por su parte, aportó un toque especial e inconfundible que ligaba muy bien con la típica grasa del secreto.
Lo que también aportó un toque especial a la degustación fue la tercera y última tapa de la noche: hamburguesa de ternera con cebolla caramelizada, pesto de cilantro y tartar de tomate y queso. Nada más morder esta tapa apreciamos su punto fuerte; la fácil distinción de todos sus ingredientes. Esta separación de sabores es uno de los logros más difíciles de alcanzar en la elaboración de una hamburguesa, ya que, la gran mayoría de las veces, todo el sabor queda reducido a la carne o al exceso de tomate, excluyendo otros posible matices. Apostar por la hamburguesa como tapa de referencia es siempre un arma de doble filo. Puede entusiasmar o crear indiferencia, gustar o ser odiada. Excitar o aburrir. En el caso que nos ocupa, la hamburguesa pasa el test con nota. Cumple su función y, sin duda alguna, no es indiferente, ni aburrida, y ni mucho menos susceptible de ser odiada.
Como broche final a todo lo degustado hasta ese momento, Jose nos premió con un delicioso coulant de chocolate y helado, o lo que es lo mismo, un volcán de sensaciones y mezcla de temperaturas que ponía fin a una magnífica degustación en Vitola Gastrobar. Un lugar, éste, que, al igual que 7 Gatos, recomendamos con total seguridad.
En definitiva, tras esta primera experiencia gastronómica hemos extraído dos grandes conclusiones. La primera tiene que ver con el potencial, desconocido por muchos, del Seat Mii. Se trata de un pequeño gran vehículo capaz de ofrecer unas prestaciones extraordinarias en lo que a consumo y movilidad se refiere. La segunda conclusión está relacionada con el alto nivel en el que se encuentra la restauración granadina. La oferta culinaria en la ciudad, en pocos años, ha aumentado, se ha modernizado y, sobre todo, ha mejorado en servicio y calidad. Todo esto nos hace presagiar unas futuras Rutas Gastronómicas Seat Vigilsa llenas de buenos momentos y ricas sensaciones para el paladar.